“Cada vez que vienen amigos a casa nos comentan: ¡vaya, qué bonitas son vuestras molduras de estuco!”, dice Angelina Dörfler. La diseñadora de interiores y estilista es oriunda de Múnich. Tras su licenciatura, pensó dónde podría continuar sus estudios. Viena siempre había estado en su punto de mira porque su padre es austriaco y tiene familia allí. Viena, con su ambiente de edificios antiguos, es para ella una de las ciudades más bellas del mundo y, por suerte, la aceptaron en la universidad.
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Al principio, ni siquiera pensaba en trabajar en el ámbito del diseño de interiores. A raíz de una apuesta con su hermana para probar una cuenta de Instagram sobre diseño de interiores durante un año, lanzó @interiorbygini. Esta cuenta tuvo tanto éxito en poco tiempo que incluso fue compartida por medios internacionales como Elle Décoration. Mientras tanto, Interior by Gini ha recibido solicitudes de Madrid, Londres y Berlín.
La habitación con una gran pared blanca y una altura de 3,10 metros, se veía desnuda. “El salón era una habitación con una enorme superficie de pared de color blanco puro. Eso me disgustó mucho”. Ni siquiera las lámparas, los cuadros, los muebles o las cortinas ayudaban a hacer la habitación más cómoda y acogedora. Una noche, se le ocurrió la idea de utilizar molduras de estuco para revivir el viejo estilo del edificio y hacer que el proyecto fuera fiel al original. “Esa fue la mejor idea. Estaba convencida de que las molduras de estuco encajarían perfectamente. Buscando en Internet, dimos rápidamente con NOËL & MARQUET e inmediatamente nos decidimos por sus molduras de estuco”, explica la interiorista. Se inspiró en Pinterest y en el sitio web.
El rodapié estrecho modelo WL 7 de la gama clásica WALLSTYL® se instaló en paredes, radiadores y alféizares. La ventaja de la lama de poliestireno es su ligereza. Sin embargo, debido a su alta densidad, se caracterizan por una especial resistencia a los impactos y durabilidad, y son fáciles de instalar. “Buscábamos un perfil sencillo que no resultara prepotente y que encajara con el resto del piso. Para ello, la interiorista se inspiró en las puertas, los alféizares y las molduras originales que se conservan. Las nuevas molduras de estuco debían tener un perfil similar a las ya instaladas en el resto del piso.
“Hay muchísimas posibilidades de utilizar molduras de estuco. Para mí era importante planificar molduras de estuco que dividieran la pared en una proporción de 2 / 3. Esto hace que las cajas superiores sean más altas y que la franja de estuco central se detenga por encima del sofá para dar a la habitación una forma serena. Esa era mi clara intención”. La distancia recomendada entre los listones era de 10 a 15 cm, lo que resultó ser muy atinado.
“Ha sido la mejor decisión en este piso. Todo lo demás, como los muebles, se puede sustituir, pero nunca prescindiría de las molduras de escayola. Forman el carácter del piso”, resume Angelina Dörfler, alias Interior by Gini.
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